La máquina celeste del Cruz Azul tiene su primera victoria como local en el Apertura 17.
En el escenario de la Colonia Nochebuena en la calle Holbein, el cual comienza a vivir sus últimos encuentros de Liga MX como casa del club cementero se situaban listos para enfrentar el juego correspondiente a la jornada 5 del apertura 17, el Cruz Azul de Paco Jemez vs los Rojinegros del Atlas del Profe Cruz.
Ante 21,000 espectadores en una tarde de principio soleada y muy calurosa se pitó el inicio del partido. Con un Cruz Azul ofensivo rápido se abrió el marcador a favor de los locales con anotación de cabeza del ibérico E. Méndez, pocos minutos después el refuerzo chileno Felipe Mora amplió la ventaja a través de una asistencia de su compatriota Francisco el “gato” Silva para irse al medio tiempo con un marcador de 2-0.
Al inicio del tiempo complementario se dió el cambio radical de clima acostumbrado en la CDMX con un fuerte aguacero que para nada alejó a la afición cementera , al contrario, la hizo encenderse aún más y seguir apoyando a su equipo no importando la lluvia. Ni con el descuento que llegó conducto de un golazo de Matías “el chavo” Alustiza para poner el electrónico 2-1 con un disparo colocado y potente desde fuera del área que dejó a Chuy Corona sin posibilidad de sumar otra atajada más a su cuenta en un excelente partido que brindó el cancerbero mexicano.
El juego se abrió y fue transcurriendo el tiempo, los de Jemez dominaron pero dejaron ir el tercer gol con llegadas de Méndez y Cauteruccio que terminaron en suspiros por parte de la afición. Llegaron los últimos minutos y el nerviosismo llegó al estadio azul acompañado de recuerdos de fantasmas que han aparecido y le han negado el triunfo al equipo cruzazulino en muchas ocasiones.
Pero esta vez no, a pesar de esos recuerdos no gratos para la afición y el equipo local, se vivió un ambiente que hace mucho no se veía en el inmueble azul, en el cual la afición se levantó de sus lugares para gritar y apoyar con el cántico clásico de los últimos minutos en cada partido a su equipo con la seguridad de que los tres puntos se quedaban en casa. Y así fue, el pitazo final llegó después de 4 minutos de compensación.
Da la impresión que Cruz Azul comienza a ilusionar de nuevo a su afición, afición que a mi parecer es la más fiel del fútbol mexicano aguantando burlas y desilusiones, pero siempre apoyando a su equipo en las buenas y en las malas, sin importar el clima, sin importar los casi 20 años sin título, sin importar las “cruzazuleadas” término que a muchos les ofende pero el cual obvia a que es un club verdaderamente grande al estar en boca de todos ya sea para hablar mal o para reconocer cuando el equipo hace las cosas bien. Esa es la lealtad azul.